Militares, junto con policías, tratan de contener las muertes violentas en las zonas conflictivas, como Nueva Prosperina.
Un grupo de militares detiene un carro que circula por una de las calles de Monte Sinaí, detrás del hospital público.
La gente que está por los alrededores comprando en los negocios solo ve de lejos la acción. Unos se asoman por las ventanas con cautela, otros tratan de esquivar la zona del operativo militar.
El control ocurre en un fin de semana, apenas unos días después de la masacre que terminó con la vida de 22 personas en Socio Vivienda, a pocos kilómetros de donde se realiza el control.
Los vecinos no hablan abiertamente de lo que ocurre en ese distrito, uno de los más violentos de la ciudad. Pero los pocos que comentan bajo reserva avalan que se ejecuten esos controles para ver si se “calma el sector”.
Unos señalan que así como hay gente que “anda en malos pasos”, hay una gran mayoría que sale cada día de sus casas a laborar con honradez, a tratar de ganar su sustento y que quiere vivir tranquila. Cuentan que incluso vivir allí no los exime de robos y extorsiones.
Nueva Prosperina es uno de los sitios más conflictivos de Guayaquil.
El enorme distrito de Nueva Prosperina, donde está Monte Sinaí, Socio Vivienda, Ciudad de Dios, es parte del noroeste de Guayaquil, pero es como si fuera otra enorme ciudad. La zona está conformada por decenas de cooperativas, en su mayor parte con calles y callejones aún sin asfaltado. En este invierno, algunas de esas calles están llenas de lodo y baches.
¿Esa presencia podría cambiar la estrategia de seguridad gubernamental?
Para Diego Pérez, analista en temas de seguridad, no hay cambios sensibles en la estrategia adoptada históricamente para afrontar los fenómenos que afectan la seguridad del país.
Generalmente, ha consistido en la declaratoria de estado de excepción y luego la movilización de las Fuerzas Armadas a las áreas críticas. En ese sentido, no hay cambios sustanciales, señaló.
Desplegar a las autoridades a esos territorios tampoco es algo nuevo necesariamente. Antes de este periodo se lo ha hecho, aunque sin publicidad de por medio, expresó.
En el plan habitacional Socio Vivienda, en Guayaquil, se desarrollaron operativos.
Sostuvo que la naturaleza de los comandantes de las fuerzas es estar acompañando y en cercanía a quienes actúan en las zonas más críticas. Quizás la diferencia ahora radica en la mediatización del hecho. Se suman algunas dificultades operacionales, más bien, en torno a la movilización de los comandos, puntualizó.
A su criterio, puede ser un gesto interesante de respaldo político a la lucha contra las organizaciones criminales, pero consideró que no tiene un efecto mayor en los resultados.
Y esto porque las muertes violentas en el país alcanzaron los 750 casos hasta el 30 de enero.
En el comparativo con los diez años anteriores, ese mes tiene la cifra más elevada de homicidios intencionales, de acuerdo con datos del Ministerio del Interior.
En al menos siete subzonas, incluyendo Guayas y Manabí, se registra esta alza de hechos violentos en 2025.
El general (sp) Paco Moncayo, exjefe del Comando Conjunto de Fuerzas Armadas, mencionó que no se va a solucionar nada por el solo hecho de que vaya el ministro al barrio.
Explicó que en la seguridad hay niveles de conducción. El nivel político tiene que dirigir la política de seguridad y no puede estar en un nivel táctico, con el casco puesto en el barrio. “Eso mismo ya es un síntoma de que no está funcionando bien”, dijo.
Moncayo agregó que hay un nivel estratégico que le corresponde al Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas y a la Policía, así como un nivel táctico que es el de los policías y militares que están en el terreno.
Aclaró que no piensa que esté mal que un ministro vaya a supervisar las operaciones, pero que si eso no se está desarrollando sobre la base de un plan, se percibe como una medida populista.
Jean Paul Pinto, analista en temas de seguridad y defensa, opinó que se hacen más presentes en territorio para que la gente los visibilice, pero un giro en la estrategia implica un plan, políticas, y no hay ningún anuncio de que haya algo nuevo en ese sentido.