A los 150 días de instalada la Asamblea Nacional se produce una primera recomposición de fuerzas tras la aprobación de las leyes del Ejecutivo y la incursión en la Embajada de México en Quito, que terminó con la detención de Jorge Glas, exvicepresidente de la República.
La presidencia de Henry Kronfle tendrá que hacer esfuerzos por conseguir los votos suficientes para aprobar los proyectos de ley en agenda y más aún si se trata de iniciativas del gobierno de Daniel Noboa, a quien la bancada de la Revolución Ciudadana ha declarado una oposición radical.
Y la situación se complicará aún más si el Gobierno gana la consulta popular prevista para el 21 de abril, porque el Parlamento estará obligado constitucionalmente a tramitar, en un plazo de 60 días, los proyectos de ley que remita el primer mandatario al Parlamento para aplicar lo que se apruebe en las urnas.
En este remezón político también contribuyeron los escándalos de corrupción derivados por los casos Metástasis, Plaga y el juicio al excontralor Carlos Pólit ante la justicia de Estados Unidos, porque para el correísmo constituye una persecución política al movimiento liderado por el exmandatario Rafael Correa.
Una de las bancadas legislativas más golpeadas por este remezón es la Revolución Ciudadana que al momento perdió tres asambleístas al que se suma Ferdinan Álvarez, que se separó del bloque meses atrás en medio de rencillas personales con Jorge Glas. Con esas deserciones el bloque se mantiene con 48 sillas de las 52 que obtuvo en el proceso electoral del 2023.
El Partido Social Cristiano (PSC) también sufrió dos deserciones, Lucía Jaramillo asambleísta nacional fue expulsada de la bancada porque en el mes de febrero se abstuvo en la votación del aumento al impuesto al valor agregado (IVA), y este domingo 14 de abril fue desvinculado Guido Vargas, representante de Sucumbíos, por actuar y votar en contra de las decisiones del bloque. Con ello, la bancada cuenta al momento con 16 asambleístas.
En cambio, el movimiento Construye obtuvo 29 asambleístas, pero luego de fragmentaciones se quedó con 19. Este sector político que respaldó la candidatura presidencial de Fernando Villavicencio, antes de la instalación del periodo ya sufrió fracturas internas y se dividió en dos la bancada, ahora algunos de ellos actúan con la bancada del gobierno Acción Democrática Nacional.
La bancada oficialista Acción Democrática Nacional (ADN) mantiene aún a sus legisladores alineados al proyecto político del gobierno de Daniel Noboa.
Para el correísmo, el Gobierno entró a una “compra de conciencias” para romper los bloques con base en ofrecimientos en las provincias, y es precisamente en la bancada legislativa de RC, donde se produjeron más deserciones. Viviana Veloz, coordinadora de este grupo, alerta que habrá más salidas de otros bloques como el PSC y Construye.
La bancada de la RC no respaldará ningún proyecto de ley de iniciativa del Gobierno, mucho menos si implican el aumento de impuestos, afirmó el legislador Leonardo Berrezueta, quien afirma que habrá una oposición democrática.
El movimiento Construye será la “bisagra” al momento de armar mayorías para aprobar leyes o tramitar juicios políticos. El coordinador de la bancada, Camilo Salinas, sostiene que nunca aprobarán leyes que vayan a favor de la delincuencia organizadas o beneficien la impunidad. Los votos estarán a favor del empleo, “nosotros estamos para poder aportar al Ecuador en las leyes que sean necesarias para poder darle agilidad en la lucha contra la delincuencia, el narcotráfico, el lavado de activos”, anota.
F: EL UNIVERSO
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