En la isla Santa Cruz hay dos especies de tortugas gigantes en peligro de extinción: Chelonoidis porteri y Chelonoidis donfaustoi. Ambas cruzan rutas migratorias, que han usado por miles de años, de un sector de la isla hacia otro, dependiendo de la época del año.
Sin embargo, su proceso migratorio también está ligado a la flora de la que se pueden alimentar y con la cual interactúan. La presencia de especies de plantas invasoras, como la cedrela odorata, causan que las tortugas se desvíen de sus rutas habituales, posiblemente realizando trayectos más largos y por lo tanto gastando más energía, poniendo en riesgo su supervivencia.
Patrick Moldowan, investigador principal del proyecto de tortugas terrestres en la Fundación Charles Darwin (FCD), explicó a EFE que las tortugas no pasan por bosques con cedrelas porque estas causan condiciones más frescas, y “en general la cedrela trae otras especies de plantas invasivas”.
“La biodiversidad nativa de la isla baja de 40 % en presencia de la cedrela, pero, en contrapartida, aumenta un 30 % la presencia de otras especies de plantas invasoras”, indicó el científico.
La cedrela fue introducida a las islas Galápagos en la década de 1940. Puede llegar a medir hasta 30 metros y provoca una gran sombra, lo cual desplaza a especies nativas, contó Arturo Izurieta, director del Parque Nacional Galápagos, a EFE.
“Hay parches grandes (de cedrelas) que coinciden con ciertas rutas de migración de las tortugas”, anotó Izurieta. La mencionada especie de cedrela -dijo- está catalogada como “vulnerable” en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, “mientras que aquí es una plaga”.
Sin embargo, la cedrela también es de interés económico para la población humana que reside en el archipiélago, pues le resulta útil a carpinteros. Izurieta añade que es costoso podar estos árboles, y talarlos podría resultar en más afectaciones, pues “al caer se va llevando todo”.
Por eso que Moldowan señala que la meta debería ser controlar la cedrela en vez de erradicarla, al menos en Santa Cruz. La cedrela también está presente en otras islas.
Afectar los procesos naturales de las tortugas, sin embargo, podría resultar en un desbalance ecológico, pues son parte importante del ecosistema, funcionando como dispersoras de semillas.