El suicidio asistido pronto será una opción legal en Francia bajo el plan ‘ayuda a morir’, una promesa hecha por el presidente Emmanuel Macron durante su campaña electoral.
Este plan tiene como objetivo permitir que ciertos pacientes elijan terminar sus vidas y, cuando no puedan hacerlo por sí mismos, recibir asistencia para hacerlo.
El proyecto contempla la posibilidad de administrar una sustancia letal a adultos que lo soliciten, especialmente aquellos que enfrentan enfermedades «incurables» con dolor crónico. Sin embargo, esta medida excluye a los menores de edad y a aquellos con enfermedades mentales o neurodegenerativas que afecten su capacidad de discernimiento, como el Alzheimer.
La ministra de Sanidad, Catherine Vautrin, ha afirmado que esta medida no se trata de un nuevo derecho o libertad, sino más bien de una respuesta ética a la necesidad de apoyar a los enfermos en sus decisiones.
El proceso requerirá que un médico se pronuncie en un plazo de 15 días después de la solicitud del paciente, consultando previamente con otro médico y un enfermero. Sin embargo, este proyecto enfrenta oposición de líderes religiosos, especialmente de la comunidad católica y musulmana, así como de asociaciones de cuidados paliativos, que expresan su preocupación.
El gobierno también tiene planes de fortalecer el sistema de cuidados paliativos con más financiamiento y una estrategia a largo plazo. A pesar de que los partidarios de la eutanasia y el suicidio asistido han celebrado la presentación de esta ley, critican las restricciones de acceso que consideran muy estrictas.
Aunque el Parlamento francés comenzará a examinar el proyecto de ley en mayo, se estima que su proceso de adopción podría llevar hasta dos años.
F: El Universo
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