La economía de Israel ha enfrentado serias repercusiones debido a la guerra en Gaza. Según datos oficiales de la Oficina Central de Estadísticas revelados el 19 de febrero, el Producto Interno Bruto (PIB) experimentó una abrupta contracción del 19,4% anual en el último trimestre de 2023, superando las expectativas de los analistas de Bloomberg.
La agencia crediticia Moody’s también contribuyó a la presión económica al rebajar la calificación crediticia de Israel en febrero, citando riesgos políticos, fiscales y debilidad institucional atribuidos al conflicto en Gaza. Esta fue la primera vez que Moody’s ajustó la calificación de Israel, generando preocupaciones entre inversores internacionales sobre el riesgo de sus inversiones.
Aunque el PIB cayó significativamente entre octubre y diciembre, la economía israelí logró un crecimiento anual del 2% en 2023, inferior al pronóstico original del 3,5% antes del conflicto. Los ataques del grupo Hamás impactaron negativamente en el consumo interno, que se desplomó un 26,9%, mientras que la movilización de alrededor de 250,000 personas para la guerra provocó escasez de mano de obra.
Liam Peach, economista de mercados emergentes, advierte que las perspectivas de crecimiento para 2024 podrían ser extremadamente débiles. La pérdida de confianza durante la guerra ha llevado a un menor gasto y a la ausencia de trabajadores en el mercado laboral, afectando diversos sectores económicos.
Aunque el informe del Taub Centre señala una disminución del 20% en la ausencia laboral temporal desde octubre de 2023, persisten desafíos económicos, destacando la necesidad de abordar la escasez de mano de obra y restaurar la confianza para impulsar la recuperación económica.
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