El ingreso al malecón del Salado, por el lado de la calle Aguirre, está desolado. La plaza de restaurantes de mariscos que solía funcionar en ese sitio está cerrada desde hace varios meses. Las bancas están vacías y con algo de polvo por la falta de uso.
Pocas personas se suelen sentar en ese sitio en el que ahora no funciona ningún local comercial. Un par de juegos infantiles sí son usados por los visitantes del malecón que viven en los alrededores y sobre la calle Aguirre.
Las familias acudían hasta este punto para degustar platillos elaborados con camarón, pescado y otros mariscos y compartir con allegados. “Ahora esto está botado y es hasta peligroso porque como no hay gente, si uno se sienta puede ser presa de robos”, dijo la joven