El uso de celulares en las aulas divide opiniones, mientras algunos destacan su potencial educativo, otros alertan sobre distracciones y riesgos. La clave está en un uso guiado y consciente.
El uso de celulares en escuelas y colegios es un tema que genera opiniones divididas. Mientras algunos sostienen que estas herramientas tecnológicas pueden enriquecer el proceso de aprendizaje, otros subrayan los riesgos asociados a su uso sin un control adecuado. Lo esencial es comprender para qué se utilizarán estas herramientas y cómo pueden contribuir o perjudicar el desarrollo educativo.
Según Mariana Rivera, directora de la Escuela de Educación de la UIDE, los celulares ofrecen ventajas significativas cuando su uso está debidamente guiado y acompañado por los docentes. Pueden convertirse en una valiosa herramienta para acceder a información y recursos educativos. Los estudiantes pueden utilizar sus dispositivos para buscar información, consultar materiales de estudio y acceder a recursos en línea, como tutoriales y aplicaciones educativas, que complementan el aprendizaje en clase. Además, el uso de tecnología en el aula es fundamental para el desarrollo de habilidades digitales esenciales en el siglo XXI. A través de los celulares, los estudiantes aprenden a buscar información, utilizar aplicaciones educativas y familiarizarse con herramientas de productividad, lo que fomenta la producción y comunicación, dándoles voz en su proceso de aprendizaje.
Otra ventaja importante es que los celulares facilitan la comunicación y colaboración en el entorno educativo. Estos dispositivos permiten la interacción entre estudiantes y profesores a través de plataformas educativas, grupos de estudio en redes sociales y aplicaciones como Zoom o Google Classroom, lo que promueve la colaboración y el aprendizaje activo. También permiten la personalización del aprendizaje, ya que los estudiantes pueden avanzar a su propio ritmo utilizando aplicaciones y plataformas que se adaptan a sus necesidades individuales, lo que favorece un aprendizaje más significativo y autónomo.
Además, los celulares ayudan a los estudiantes a organizar mejor su tiempo mediante el uso de aplicaciones de gestión como calendarios, recordatorios y listas de tareas. Estas herramientas fomentan la educación autónoma y el cumplimiento de metas académicas. Por último, los dispositivos móviles abren la puerta a experiencias educativas más dinámicas, como la realidad aumentada y la gamificación, que hacen que el aprendizaje sea más atractivo y motivador.Sin embargo, estos beneficios no se materializan sin un acompañamiento adecuado por parte de los docentes, quienes deben tener claros los objetivos para el uso de estas herramientas en el aula. Es igualmente importante reconocer que el uso de celulares en escuelas y colegios también conlleva una serie de desventajas.
Una de las principales preocupaciones es la distracción que los celulares pueden causar, lo que puede derivar en una disminución del rendimiento académico. Estos dispositivos son una fuente constante de distracción, especialmente si las clases no integran la tecnología de manera coherente con el contenido educativo. Notificaciones de redes sociales, juegos y otras aplicaciones no educativas pueden interrumpir la concentración de los estudiantes, afectando su capacidad para centrarse en las lecciones.
Para Rivera, otra desventaja significativa es el riesgo de ciberseguridad y la privacidad. El uso de celulares en el entorno escolar puede exponer a los estudiantes a riesgos como el ciberacoso, el acceso a contenido inapropiado y la posibilidad de compartir información personal de manera insegura. Además, el uso excesivo de celulares puede llevar a una dependencia tecnológica, afectando las habilidades sociales de los estudiantes y su capacidad para interactuar cara a cara. Esto es evidente cuando los estudiantes prefieren comunicarse a través de sus dispositivos móviles, incluso cuando están en el mismo espacio físico.
La desigualdad en el acceso a dispositivos también es un problema que puede acentuar las diferencias en el aula, afectando la equidad en el aprendizaje. No todos los estudiantes tienen acceso a celulares de la misma calidad o con las mismas capacidades, lo que puede crear una brecha en las oportunidades educativas. Asimismo, el uso prolongado de dispositivos móviles puede tener efectos negativos en la salud física y mental de los estudiantes, como problemas de visión, postura inadecuada y aumento del estrés o ansiedad debido a la hiperconectividad. Además, el sedentarismo asociado con el uso prolongado de tecnología puede ser perjudicial para la salud física de los estudiantes.
Finalmente, controlar y regular el uso de celulares en el aula puede ser un desafío para los docentes, quienes deben encontrar un equilibrio entre el uso educativo de la tecnología y la prevención de distracciones. La falta de una normativa clara y la falta de formación en el uso ético de la tecnología pueden llevar a comportamientos inapropiados y afectar negativamente el ambiente educativo.
F: La Hora.