Castro, directora de la fundación Pacific Whale en Ecuador, ha identificado a miles de ballenas a través de los años.
La primera vez que Cristina Castro vio un cetáceo cerca de la Isla de la Plata, su primer instinto fue hacer lo que le enseñaron en la carrera de Biología: agarrar su libreta y dibujarlo.
Ahora lo identifica como un delfín oceánico que decidió saltar justo frente a ella, pero en esa época, a mediados de los años 90, nunca había visto uno. En el mismo viaje, ya de regreso al continente, vio sus primeras ballenas. “Recuerdo que gritaba”, dice la científica.
Oriunda de Quito, Castro tuvo que acostumbrarse a vivir en la Costa. Recuerda que para los lugareños era una novedad ver a una joven de 21 años realizando investigación, pero que de todas maneras la apoyaron.
Los obstáculos que enfrentan las mujeres en campos como la ciencia, la brecha de género y la economía violeta son algunos de los temas que se están discutiendo en el foro “Mujeres que rompen paradigmas”, organizado por Diario EL UNIVERSO y que se está llevando a cabo en el campus de la Universidad de Especialidades Espíritu Santo este miércoles 28 de agosto.
Castro tuvo que realizar la investigación para su tesis subida en los tres botes turísticos que existían en la localidad en esa época. Sin embargo, conforme el conocimiento sobre los cetáceos del Parque Nacional Machalilla creció, también lo hizo su industria turística.
Ahora, gracias en gran parte a los esfuerzos de Castro, las aguas del Parque Nacional Machalilla son reconocidas como un importante punto de reproducción de ballenas, y no solo de mero tránsito.
Castro actualmente se desempeña como directora de la fundación Pacific Whale en Ecuador. También tiene una operadora turística y realiza sus investigaciones con su propio bote, el Palo Santo I.
En su embarcación toma fotos de ballenas: tiene más de 6.000 ballenas jorobadas identificadas. Lo hace capturando tomas de sus colas, pues cada ballena tiene un patrón distinto en su cola. Parte de su labor también involucra tomar biopsias de las especies.
“Ahora estamos investigando a los delfines costeros. Eso es significativo, porque es una población en peligro (…). Estamos dando tanta información sobre especies desconocidas para el país, como la ballena de Bryde, la ballena azul, y estos delfines, las ballenas piloto. Nadie sabía nada de esas cuatro especies”, indica.
Recientemente, además, han realizado tres registros de la ballena franca, lo cual representa el avistamiento más al norte de esta especie en la historia. Es una especie en peligro crítico, pues solo existen 50 individuos en el mundo, según la científica.
La investigadora siente, además, que ser una científica exitosa les sirve de ejemplo a otras. “Tengo muchas mujeres que son biólogas y trabajan en Puerto López (…). Soy madre de tres hijos, soy esposa. Tengo una empresa y además hago ciencia. El proceso de que la gente entienda que nosotros siendo mujeres podemos hacer esto ha dado un legado a futuro”, indica Castro.
A su vez, Castro también encabeza proyectos de educación ambiental para la comunidad. Incluso reconoce a los niños que solían ir a sus cursos y que hoy trabajan en iniciativas de conservación.
F: EL UNIVERSO