En las últimas semanas, una ola de protestas ha estallado en aproximadamente treinta universidades en todo el país, dirigidas a denunciar la situación en la Franja de Gaza.
La presencia policial se intensificó en varios campus de Estados Unidos después de enfrentamientos violentos en universidades emblemáticas como Los Ángeles y Nueva York, principales escenarios de las protestas estudiantiles contra la intervención de Israel en Gaza.
En el campus de la Universidad de California en Los Ángeles, docenas de vehículos policiales se desplegaron tras enfrentamientos violentos provocados por un grupo de opositores que atacaron un campamento de estudiantes propalestinos. Simultáneamente, en Nueva York, la Universidad de Columbia amaneció bajo una fuerte protección policial después del desalojo violento de manifestantes propalestinos y el desmantelamiento de un campamento en los jardines del centro.
La policía también procedió al desalojo de manifestantes propalestinos en la Universidad jesuita de Fordham, en Nueva York, donde se había instalado previamente un pequeño campamento. Según informes de la AFP, varias personas fueron detenidas en Fordham, mientras que cerca de 300 manifestantes fueron arrestados en los desalojos de Columbia y el City College, también en Nueva York.
El alcalde de la ciudad, Eric Adams, culpó a «agitadores ajenos a la Universidad» de Columbia por la escalada del conflicto. Mientras tanto, la rectora de Columbia, Minouche Shafik, expresó su «profunda tristeza» por la situación y lamentó la necesidad de recurrir a la policía en dos ocasiones en menos de dos semanas para poner fin a las protestas.
La presencia de la policía antidisturbios en los campus universitarios ha desconcertado a muchos estudiantes. Algunos consideran que es un mal necesario, mientras que otros lamentan la brutalidad y agresividad policiales, denunciando lesiones graves entre los manifestantes, incluyendo traumatismos craneoencefálicos y conmociones cerebrales.
Las protestas se han extendido por aproximadamente treinta universidades en todo el país, exigiendo a las instituciones romper relaciones con Israel y las empresas vinculadas al conflicto. Las autoridades universitarias buscan equilibrar la libertad de expresión con las preocupaciones sobre el antisemitismo y el odio que han surgido en algunas concentraciones.
La administración de Biden trata de mantener un equilibrio en medio de la indignación de muchos manifestantes por su apoyo incondicional a Israel. Sin embargo, el ex presidente Trump elogió la acción policial en Columbia y urgió a los rectores a «derrotar a los radicales» y recuperar los campus para los «estudiantes normales».
Además de las universidades de Nueva York, la policía también intervino en la Universidad de Wisconsin en Madison, y en la Universidad de Arizona, donde se utilizaron «municiones químicas irritantes» para dispersar a los manifestantes. En diversas instituciones, los estudiantes han mantenido campamentos como forma de protesta, bloqueando accesos y demandando «Gaza libre».
El conflicto entre Israel y Hamás en la Franja de Gaza ha desencadenado estas protestas, marcadas por un alto número de muertos, tanto civiles como militares, y una escalada de violencia que ha suscitado preocupación a nivel internacional.
F: El Universo
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