En Semana Santa, los acompañantes tradicionales de la fanesca son imprescindibles, como las empanaditas, bolitas de harina y maduritos fritos, que no solo realzan la presentación, sino que también aportan sabores únicos al combinar y degustar.
La elección de los acompañantes dependerá de la preferencia y presentación deseada. Desde una única opción hasta una variedad de siete o más elementos pueden adornar este plato emblemático.
Una vez servida la fanesca, se pueden agregar una empanadita de viento rellena de queso, dos rodajas de maduritos fritos, dos masitas de harina, rodajas de huevo cocido, cebolla encurtida en el centro, rodajas de aguacate y hojitas de perejil. Las opciones congeladas de algunas marcas son ideales para facilitar la preparación en estas fechas.
Además, se ofrece ají en un recipiente aparte para personalizar el nivel de picante según los gustos individuales.
Junto con los acompañantes, los postres complementan la experiencia culinaria de la fanesca. Desde arroz con leche hasta buñuelos con miel, higos con queso, humitas, tortillas y tortas de choclo (dulces y saladas), existe una variedad de delicias para disfrutar después de este potaje típico de Cuaresma.
F: El Universo
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