Imagen tomada de Primicias.
Roberto Santamaría, quien ha estado al mando de la Policía en Nueva Prosperina durante los últimos cuatro meses, enfrenta un desafío considerable en este distrito, considerado como uno de los más violentos del país y, según estimaciones basadas en su densidad poblacional, podría ubicarse entre los diez lugares más peligrosos del mundo. El oficial de la Policía Nacional se refiere a los crecientes problemas de seguridad en un distrito asolado por bandas criminales que desde finales del año pasado han estado perpetrando secuestros y extorsiones de manera generalizada.
Cuatro grupos de delincuencia organizada luchan por el control de este territorio y han recurrido a jóvenes adolescentes para llevar a cabo operaciones de extorsión de puerta en puerta y de negocio en negocio. Estas bandas incluso han logrado ejercer su influencia sobre servicios públicos esenciales, lo que complica aún más la situación.
La situación ha llegado al punto en que los grupos conocidos como Fatales, Tiguerones, Águilas y Choneros están intensificando sus tácticas, aparentemente, para arrinconar a la policía en una especie de «guerra medieval» con el objetivo de expulsarla de las Unidades de Policía Comunitaria (UPC).
En lo que va del año, el distrito de Nueva Prosperina ha registrado un alarmante total de 462 muertes violentas, lo que representa un aumento del 145% en comparación con las 186 del año anterior.
