El 24 de octubre se conmemora el Día Internacional contra el Cambio Climático, un evento que busca crear conciencia sobre la crisis climática que enfrenta el planeta.
Esta fecha es crucial para reflexionar sobre nuestras acciones y su impacto en el medio ambiente. A través de diversas actividades, se invita a gobiernos, empresas y ciudadanos a unirse en la lucha contra este fenómeno global.
Esta conmemoración, según el Día Internacional De, no ha sido oficialmente declarada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU). No obstante, este organismo respalda la iniciativa de implementar acciones para combatir el cambio climático.
Según Cecilia Puertas de la Facultad de Ciencias Técnicas de la UIDE, el 15 de noviembre de 2022, la población mundial alcanzó los 8 mil millones de personas, lo que acentúa las preocupaciones sobre el cambio climático.
Actualmente, siguiendo con Puertas, la temperatura promedio de la Tierra ha aumentado 1,2 °C desde la era preindustrial, y las concentraciones de dióxido de carbono (CO₂) en la atmósfera alcanzaron un récord de 426,91 partes por millón (ppm) en junio de 2024.
Los 10 países que más gases de efecto invernadero emiten representan el 72% del total, mientras que los 100 países con menos emisiones solo contribuyen al 3%. Además, se prevé que el cambio climático cause un aumento en la frecuencia e intensidad de fenómenos extremos, lo que afecta a la salud, la agricultura y provoca migraciones forzadas debido a desastres naturales y la escasez de recursos.
Ecuador enfrenta una grave crisis energética derivada del cambio climático, con cortes de electricidad diarias. Según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), este fenómeno no solo amenaza la seguridad energética, sino que también compromete el suministro de energías renovables.
Roberto Álvarez, director de la Escuela de Ingeniería Industrial de la Universidad Nebrija, señala que la dependencia de combustibles fósiles agrava el cambio climático y acelera el agotamiento de recursos. La crisis ha impactado al sector productivo, con pérdidas estimadas de 496 millones de dólare, lo que afecta desproporcionadamente a las poblaciones más vulnerables, que incluye mujeres, niños y personas con enfermedades crónicas.
Álvarez destaca la urgencia de duplicar la producción de electricidad a partir de fuentes limpias en los próximos ocho años y resalta la importancia de la educación y la concienciación ciudadana en la lucha contra el cambio climático y la crisis energética.
Inteligencia artificial como aliada
La crisis climática representa uno de los mayores desafíos para la humanidad, y la inteligencia artificial (IA) emerge como una herramienta clave para abordar este problema.
Según Julia Ayuso, directora de la Escuela de Sostenibilidad de la Universidad Europea, la IA puede analizar grandes volúmenes de datos, lo que permite hacer predicciones más precisas sobre fenómenos climáticos. Esto optimiza el uso de recursos en sectores como energía, agricultura y gestión de residuos, lo que contribuye a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
La IA también ha mejorado la eficiencia de redes eléctricas inteligentes y facilitado el monitoreo satelital de la deforestación. En Ecuador, donde hay una crisis energética por sequías, la IA puede ayudar a diversificar la matriz energética hacia fuentes renovables, optimizando su uso. Ayuso concluye que la combinación de IA y tecnologías de captura de carbono será fundamental para avanzar hacia un futuro más limpio y sostenible.F:EL COMERCIO
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